Dos científicos españoles exploran las causas de la
desaparición de nuestros parientes más cercanos en el árbol de la evolución.
La desaparición de los neandertales, esos humanos con los
que los sapiens nos acostábamos de forma recurrente y con los que tuvimos hijos
fértiles, es una fuente inagotable de nuevas teorías. Nadie sabe exactamente
por qué desaparecieron hace unos 40.000 años, aunque se suele citar una
desgraciada confluencia de circunstancias. Unas son ajenas a nuestra especie,
como el cambio climático, y otras están íntimamente relacionadas con la llegada
a Europa de los Homo sapiens: la lucha por el territorio, la creciente escasez
de caza y comida, la endogamia en tribus cada vez más pequeñas...
Ahora, dos científicos españoles introducen otra variable en
la ecuación. “¿Fueron los neandertales responsables de su propia extinción?”,
se preguntan Jordi Agustí, investigador del Instituto Catalán de Paleoecología
Humana y Evolución Social, y Xavier Rubio-Campillo, del Centro de
Supercomputación de Barcelona, en el título de un estudio publicado online en
Quaternary International.
Su aproximación al problema se basa en un modelo informático
para entender el peso que pudo tener el canibalismo en la extinción de los
neandertales cuando esta especie “confrontó” a los recién llegados sapiens,
explica Agustí. “Se trata de un modelo informático con parámetros muy
sencillos, aplicable no solo a los neandertales sino a cualquier otra especie
caníbal cuando se enfrenta a otra que no lo es”, detalla el investigador.
El trabajo se basa en las evidencias fósiles de una y otra
especie. “Hemos asumido que los neandertales eran caníbales de forma
relativamente habitual, dado que se han encontrado pruebas de estas prácticas
en yacimientos como el de El Sidrón, en Asturias, el de Krapina, en Croacia, y
otros”, explica Agustí. Los investigadores interpretan que esta especie mataba
a miembros de tribus rivales y los devoraban, no por ritual, sino por simple
necesidad nutritiva, lo que en la jerga de los paleoantropólogos se llama
“canibalismo gastronómico”. “Se trataba de un tema de pura supervivencia”,
relata Agustí. “En una situación de competencia intergrupal acabas comiéndote
al vecino”, añade. En cambio, se ha asumido que los primeros sapiens que
llegaron a Europa no practicaban ese canibalismo, porque “hasta el momento no hay
ninguna prueba de ello en esa época”, detalla Agustí. Los primeros indicios de
canibalismo entre sapiens, dice Agustí, surgen mucho después de la extinción de
los neandertales, en especial durante la aparición de la agricultura en el
Neolítico.
Los resultados de la simulación muestran que solo esta
diferencia basta para explicar la desaparición de los neandertales en un
contexto de lucha por el territorio y recursos cada vez más escasos.
“El comportamiento de los grupos de neandertales llevó a su
propia extinción cuando los humanos anatómicamente modernos (sapiens) del
Pleistoceno tardío comenzaron a poblar su entorno, al que estaban
extremadamente bien adaptados”, concluye el trabajo.
“Lo más interesante”, explica Agustí, “es que en ausencia de
competición con otra especie, el canibalismo es una estrategia óptima” en
términos de supervivencia. Es decir, que los sapiens “seguimos siendo la causa
final de su extinción, si no hubiéramos aparecido, hubieran seguido
floreciendo”, resalta Agustí.
El estudio pretende ser un primer paso hacia la elaboración
de modelos más refinados que incluyan otros factores como la mayor capacidad
social de los sapiens o el cambio climático en Europa, dice Agustí.
La nueva teoría es polémica, aunque se fundamenta en
evidencias del registro fósil, tal y como reconoce el paleoantropólogo Juan
Luis Arsuaga, codirector de Atapuerca. “En las poblaciones de cazadores y
recolectores recientes que se han podido estudiar no parece que sea una
práctica sistemática y sin embargo lo tenemos ya en Homo antecessor hace casi
un millón de años…”, explica. “No parece que sea de carácter ritual en este
caso de Atapuerca al menos, sino depredatorio”, coincide. “En los neandertales
cabe preguntarse si el canibalismo era ritual o alimenticio solamente, o las
dos cosas incluso. Hay que estudiar más a fondo esta historia porque es muy
interesante”, reconoce.
Chris Stringer, investigador del Museo de Historia Natural
de Londres y experto en evolución humana, destaca que no es la primera vez que
se propone esta teoría. Desde 2004, varios estudios han especulado que, dado
que los neandertales se comían el cerebro de miembros de su propia especie,
pudieron contraer la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, conocida por la crisis de
las “vacas locas” y que un estudio llegó a calificar de “la enfermedad de los
neandertales locos”.
Stringer introduce una duda en el planteamiento de los
científicos españoles. “Si [el canibalismo] es una estrategia tan efectiva para
una especie amenazada, ¿por qué mucho otros carnívoros no adoptaron ese
comportamiento ni lo hacen actualmente?”. Para el británico, una “combinación
de oscilaciones climáticas y la competición por recursos con los humanos
modernos es la explicación más plausible para la extinción de los
neandertales”.
“Es novedoso barajar el canibalismo como factor crítico y
seguramente este estudio aporta más datos a la discusión sobre la extinción de
los neandertales”, opina Nohemi Sala, del Centro de Investigación sobre
Evolución y Comportamiento Humanos (USM-ISCIII). Pero esta experta también
coincide en que “hubo muchos otros factores” que contribuyeron a la extinción
de los neandertales.
También queda la duda de si nuestra especie era diferente en
este asunto. “El canibalismo es la práctica mortuoria más habitual del registro
fósil, todas las especies humanas del último millón de años, incluida la
nuestra, lo han practicado, parece que va con el ser humano”, explica. En
Europa hay muy pocos yacimientos de Homo sapiens de aquella época, así que las
pruebas de que ellos también se comiesen a sus congéneres puede simplemente no
haberse descubierto aún.
Fuente: El País
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