Detalle de la decoración de la tumba hallada en Luxor.
Dos tumbas en apenas una semana. La misión de arqueólogos estadounidenses que halló hace unos días la tumba de Amenhotep, guardián del dios Amón,
ha protagonizado este martes un nuevo descubrimiento formidable. A unos
metros del primer enterramiento los egiptólogos se han topado con la
sepultura de "Sa Mut" con su muros repletos de hermosas y coloridas
estampas que narran la vida y las festividades en la tierra de los
faraones.
La tumba de "Sa Mut", con más de 3.000 años de antigüedad, ha sido
localizada al este de la tumba TT110 cuyas labores de limpieza sirvieron
a la expedición del ARCE (Centro
de Investigación Americano en Egipto, por sus siglas en inglés) para
dar fortuitamente hace una semana con el enterramiento de Amenhotep, un
funcionario del Imperio Nuevo al que los títulos tallados en el dintel
de la puerta principal describen como "guardián de Amón".
Los tres enterramientos -situados en Gurna, en la ribera occidental de la actual Luxor- comparten patio, ha informado este martes el ministerio de Antigüedades egipcio en un breve comunicado.
Como la de Amenhotep -también apodado "Rebiu"-, el nuevo hallazgo
data muy probablemente de la dinastía XVIII (1.450-1050 a.C.), un
período de enorme zozobra en la corte faraónica. Sepultada por los
escombros, la tumba de "Sa Mut" guarda entre sus paredes de yeso
"estampas con colores muy brillantes" en las que se alternan momentos
del día a día con festividades y viñetas del difunto en compañía de su
esposa "Ta Khaeet". El plano del lugar tiene forma de T, con una sala
transversal y cámaras laterales inconclusas.
Al igual que sucede con la de su finado más cercano, el sitio fue
profanado en la antigüedad y sus escenas dañadas deliberadamente. Un
expolio y purga que los expertos atribuyen a la campaña de destrucción
iniciada por Ajenatón, el monarca que desterró la antigua religión;
alentó el monoteísmo por primera vez en la Historia; e impuso el culto a
una nueva deidad -el dios solar Atón- con la oposición del todopoderoso
clero. Por orden del "faraón hereje", se cercenó la memoria de todo
aquello vinculado a Amón.
Los dos hallazgos -calificados de "asombrosos" por el ministerio de
Antigüedades- pueden alumbrar una época de transformaciones y memoria
mutilada. Según el director de la expedición, el egiptólogo
estadounidense John Shearman, "el nuevo descubrimiento junto al de la semana pasada abrirá la puerta a nuevos hallazgos en el futuro que precisarán de más trabajo para desvelar nuevos hechos científicos y arqueológicos".
Su misión completa los descubrimientos firmados durante el último año
relacionados con este destacado periodo de la historia. En 2014 un
equipo de egiptólogos españoles encontró en Luxor la clave que
desentraña los entresijos de la revolución monoteísta. Las inscripciones
jeroglíficas halladas en cuatro columnas de la tumba del visir
Amenhotep Huy confirmaron la hasta ahora discutida corregencia de
Amenhotep III (1387-1348 a.C.) y su hijo Amenhotep IV, el monarca
convertido luego en Ajenatón.
El ascenso de Amenhotep III marcó el comienzo de la reforma monoteísta que su hijo completó cuando
abandonó Luxor y levantó Tell el-Amarna, a mitad de camino de Tebas y
Menfis y dedicada al nuevo culto a Atón. También el año pasado, la
misión italoespañola "Min Project" se topó con la tumba de May, un alto
funcionario de la dinastía XVIII al que los relieves presentan como un
importante estadista encargado de supervisar los caballos, el ganado y
los campos del faraón. El descubrimiento fue, como ahora, fruto del
bendito azar.
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